La causa de los callos es la presión y fricción prolongadas en la región afectada, lo que bloquea la circulación de la sangre y la energía local, y provoca que la piel pierda nutrición. Se desarrolla comúnmente en las protuberancias de la palma y la planta del pie. Los síntomas incluyen que la piel en la región afectada se engrosa, es más dura en el centro, puede causar dolor al tacto o dolor, las orillas no están claras, la superficie es generalmente lisa, de color amarillo claro o amarillo pálido, y puede afectar la caminata si se desarrollan en los pies. El tratamiento puede incluir cortar la parte engrosada con un cuchillo, luego aplicar ungüento de cristal, y al mismo tiempo, puede combinarse con el polvo de semilla de pinellia, mezclado con agua fría para frotar la región afectada. Los callos son causados por estímulos mecánicos prolongados. Si los zapatos son demasiado pequeños, demasiado ajustados o demasiado rígidos; si los huesos de la planta del pie son demasiado prominentes o demasiado delgados, también es fácil desarrollar callos. Además, para aquellos que realizan ciertos oficios, también pueden aparecer callos en regiones específicas.
Las causas comunes de la formación de callos en la planta del pie: debido a que ciertos oficios requieren caminar o estar de pie por largos periodos, se usan zapatos que no se ajustan bien, se prefieren zapatos de tacón alto, puntiagudo y ajustado, y se tiene una postura de caminar anormal. La enfermedad se desarrolla lentamente, sin síntomas en las etapas tempranas, y los casos agudos suelen seguir la formación de ampollas por fricción. Con el tiempo, la lesión de la piel se engrosa, y en casos graves, se acompaña de dolor de presión. Los pacientes en la clínica suelen confundirlo con callos. Los callos tienen una superficie de lesión más pequeña, y se forman por un cono de queratina en forma de aguja incrustado en la piel de la planta del pie, que es doloroso al presionar.
Se desarrolla comúnmente en la piel de la palma de las manos o en la planta de los pies. Debido a la presión y fricción prolongadas, la circulación de la sangre y la energía local se bloquea, lo que provoca el engrosamiento y endurecimiento de la queratina de la piel en la región de los talones y las palmas, que es más común. El engrosamiento de la piel es más severo en el centro, es duro al tacto, las orillas no están claras, la superficie es generalmente lisa, de color amarillo claro o amarillo pálido, y no hay síntomas conscientes. Pero también puede haber callos en la parte posterior del pie o en la planta. Debido a la presión excesiva o a una infección secundaria, pueden ser rígidos y dolorosos, lo que impide caminar, y se les llama 'callos de buey'.